ARQUEOLOGIA EXPERIMENTAL

PARQUE ARQUEOLÓGICO
PROYECTO DE ARQUEOLOGÍA EXPERIMENTAL
"Poblado Cántabro de Argüeso, otra manera de vivir la historia.."

lunes, 8 de noviembre de 2010

LA ARDILLA

LA ARDILLA (Sciurus vulgaris)


Es probablemente el animal cuyos rastros y huellas son más visibles en el campo. Es animal, nocturno, que empieza como tantos su "jornada laboral" cuando el sol cae en el horizonte y es frecuente que le sorprendan los primeros rayos de sol. Durante el día descansa en encames, que no son más que rebajes del terreno escarbados por él y que pueden encontrarse entre espinos o zarzas, matorrales o en sitios más tranquilos al pie de robles, fresnos o encinas. Allí pasa desapercibido a pesar de su gran tamaño llegando a aguantar en muchos casos la cercanía del hombre antes de salir con su conocido “trote cochinero”.
Huellas: Las extremidades posteriores son más largas que las anteriores, estando ambas cubiertas de pelo. Las patas delanteras cuentan con cuatro dedos y con cinco las traseras, en ambos casos provistos de unas uñas alargadas, fuertes y puntiagudas, que quedan perfectamente marcadas en los medios óptimos para ellos (barro, limo o arcilla), dado que el poco peso del animal impide que se marque con nitidez su huella fuera de estos lugares. El aspecto de la huella es alargado, de unos 4 cms. de largo por 2 cms. de ancho, en la que destacan las uñas junto a las huellas digitales (muy alargadas). La huella plantar es muy irregular, al estar constituida por una serie de callosidades llamadas lóbulos (cinco), de los que tres corresponden a la almohadilla plantar y los otros dos posteriores al talón o parte superior. Debe tenerse presente como no suele imprimirse esta huella sobre el suelo y cuando lo hace lo normal es que aparezcan juntos los lóbulos plantares, con el aspecto de uno solo de forma irregular, mientras que los dos del talón no suelen marcarse en el suelo.
Alimentación: La ardilla come fundamentalmente frutos secos y semillas aunque también puede incluir en su dieta frutos otoñales, setas, brotes de ramas tiernas, líquenes, huevos o incluso pájaros e insectos
Excrementos: Su forma y color va a depender mucho del alimento consumido y de la época del año. Por lo general presentan un color marrón o negro.
Otros rastros. Son muy amplios y característicos de la especie. Quizás el rastro más característico de la especie son las llamadas cascarillas de las piñas, denominación que reciben los desechos de las piñas una vez trabajados por la ardilla para obtener sus piñones. Junto a las cascarillas o escamas de la piña suele encontrarse su eje principal o vástago central, que aunque suele presentarse perfectamente limpio, conserva unos hilos y restos de escamas que los diferencia de los vástagos consumidos por otros animales o aves, como ocurre con el consumido por el ratón de campo, que aparece completamente pulimentado y limpio o el pájaro carpintero, que no elimina completamente las cascarillas o escamas de la piña, sino que les deja visibles los hilos.
Otros rastros identificativos de la presencia de ardillas son los nidos. De aspecto esférico, de unos 20 a 30 cms. de diámetro, aparecen en lo alto de los árboles formados por ramas en el exterior y tapizados en su interior por hojas, hierba seca y musgo. Su aspecto es similar al de nidos de urracas y cornejas, aunque se diferencian en que los de estas aves son más grandes y se levantan preferentemente en las ramas, mientras que los de ardilla suelen apoyarse en las horquillas de los troncos, siendo de aspecto más compacto.
Las mordeduras en frutos secos, es otro buen rastro, aun cuando puede confundirse con otras especies como el ratón de campo, la rata parda o el lirón careto, si bien la ardilla es el único roedor que parte los frutos secos por el centro, dada la fuerza de sus incisivos superiores, con los que hace palanca, dejando marcada en el punto de unión de las valvas una muesca, por lo que si bien no siempre accede al interior de las semillas partiéndolas por el centro o valvas, la presencia de nueces u otros frutos secos, como avellanas partidas por el centro junto a otros comidos de formas más irregulares, nos delatarán la presencia de ardillas. La presencias de nueces verdes con la cáscara arrancada o pelada en tiras o trozos, sin quitarla de una pieza, es otro rastro genético de la presencia de ardillas.
Al subir a los árboles, particularmente en los caducifolios de corteza blanda, aunque también puede apreciarse en algunos pinos si se examinan con atención, las ardillas suelen dejar marcadas las uñas en los troncos.
Las llamadas despensas de setas, también son muy orientativas de la presencia de ardillas, estas se suelen colocar en las horquillas de las ramas de los árboles, intentando la ardilla mantenerlas a salvo de ratones y topillos y a su disposición para cuando desee comérselas.

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